Ale, se termina un año más donde han sucedido un montón de cosas, tanto malas como buenas, pero el mejor balance que puedo sacar es que te sigo teniendo a mi lado para alentarme cada vez que lo necesite y que me des consejos, que falta me hacen, para poder llegar a ser la mitad de bueno como eres tú. Estoy en desconectado porque quiero que seas la última persona con la que hable y serás con la primera que lo haré en 2010. Sabes de sobra que has sido y serás lo más importante que tengo en mi vida, que nunca te fallaré, que pase lo que pase estaré aquí para poder ayudarte siempre. Te quiero demasiado como para dejar que algo o alguien me separe de ti, pero sabes que nuestro amor hacía y hace milagros. Necesitaba despedirme de ti, porque es de la mejor forma que podré despedir un año.
Ale, se termina un año más donde han sucedido un montón de cosas, tanto malas como buenas, pero el mejor balance que puedo sacar es que te sigo teniendo a mi lado para alentarme cada vez que lo necesite y que me des consejos, que falta me hacen, para poder llegar a ser la mitad de bueno como eres tú. Estoy en desconectado porque quiero que seas la última persona con la que hable y serás con la primera que lo haré en 2010. Sabes de sobra que has sido y serás lo más importante que tengo en mi vida, que nunca te fallaré, que pase lo que pase estaré aquí para poder ayudarte siempre. Te quiero demasiado como para dejar que algo o alguien me separe de ti, pero sabes que nuestro amor hacía y hace milagros. Necesitaba despedirme de ti, porque es de la mejor forma que podré despedir un año.
Desde hace unos años, mi padre y yo teníamos una extraña tradición. Todas las nocheviejas, justo antes de las campanadas, por una cosa o por otra, todos los años por un motivo diferente, terminábamos discutiendo y yo empezaba el año llorando y con el maquillaje corrido, sentándome de mala gana a su lado en el sofá. Así fue al menos 5 años. Hasta el año pasado, en que no ocurrió, y éste tampoco pasará. Y aún así, a pesar de no empezar con buen pie, el año casi siempre ha acabado bien.
La nochevieja me pone nerviosa. A lo mejor porque me acuerdo de eso, o porque no me gusta la hipocresía de las personas que, aunque no te tragan, se acercan a darte dos besos y felicitarte el año sólo porque es una fecha especial (en la nochevieja del 2008 al 2009 se dió un récord de hipócritas que ya aprovecharon para preguntarme cómo me iba después de, en mi nueva ciudad) o a lo mejor porque siempre me hago propósitos que siempre termino por guardar en el cajón hasta el año siguiente: hacer sentir importantes a las personas que son realmente importantes para mí, pensar más las cosas antes de hablar y antes de discutir, aprender a controlar mis palabras en los momentos de ira, estudiar más y llevar las cosas al día, aprender a cocinar cosas complejas, ser menos perezosa, terminar de leer todo lo que empecé, acabar con mi lista de 20 películas por ver, llorar menos y comerme menos la cabeza, autotorturarme menos, ser más sincera y perder la cobardía. Y por supuesto, cumplir con todos los propósitos para que no se queden en meras intenciones.
Pero nunca lo cumplo; por pereza, por dejadez, por miedo. Me gusta pensar que el año nuevo es un nuevo inicio pero termino de convencerme sola de que no es así, de que empieza un año totalmente igual que los demás. Y aún así, hasta el momento, no me puedo quejar, pero las cosas podrían mejorar si pusiese de mi parte.
Estoy ya ansiosa por ver a Ramón García en la pantalla, cómo mi tía se come las uvas antes de las campanadas y mi madre se pone nerviosa porque no le da tiempo a llenar las copas y meter dentro algo de oro. El 2010 puede ser especial y diferente, lo sé. Puede ser una nueva oportunidad para poner en orden toda mi vida y conseguir todo lo que me propuse. Puedo intentar empezar de cero y hacer las cosas de forma diferente. Desde el principio. Si hiciese balance de las cosas buenas y las cosas malas del año que se marcha, sólo una cosa aparecería en mi cabeza. Un nombre.
Feliz 2o1o a todos, sobre todo a los que han hecho que el 2oo9 merezca ser recordado.
http://www.youtube.com/watch?v=AtudaZv4w3c
Y aquí, no para de llover. De manera tanto literal como figurada.
Y ya no sé si me gusta, o no.
Es muy difícil pensar y ser consecuente cuando tienes mil cosas rondándote por la cabeza. Cuando hay mil historias que también te quitan el sueño, las decisiones parecen una meta inalcanzable. Una utopía. Porque sé que elegir una cosa u otra tendrá sus consecuencias. Sus cosas buenas, sus cosas malas. Dos impulsos totalmente contradictorios. Y nunca se me dió bien tener prioridades.
Transición. Cambios. Punto de inflexión.
Tengo la fea costumbre de acordarme constantemente de cosas que pasaron, de hacer revisión en el cajón de la memoria. Me gustan y me matan los recuerdos. Y entonces es cuando aparece la inseguridad que siempre he llevado dentro. Ése "¿y si...?" de siempre que no me permite ser yo misma, que es lo que quiero.
Solo queda un día para que se acabe mi mes. Mi mes especial. Diciembre.
http://www.youtube.com/watch?v=ABpvdszxtbI
Hopelessly devoted to you.
- ¿Y si esta vez te quedaras?
- Salí por la puerta, no me queda ningún recuerdo.
- Vuelve y al menos inventa una despedida, finjamos que la tuvimos.
yo a mentir y tú a decirme la verdad,
yo a ser fuerte y tú a mostrar debilidad,
tú a morir y yo a matar."
Y después se hizo el silencio y el silencio fue a parar
a una especie de pesada y repartida soledad.
Dime, ¿para qué hablar de lo que pudo haber sido y de lo que jamás será,
tratando de adivinar qué fue eso que hicimos tan mal?
Si, en fin, se trata de morir o de matar.
No corras si te llamo de repente, no te vayas si te grito "¡piérdete!";
- Nada.-dijo, y pensó: TODO.
Porque la verdad no es lo evidente sino su mitad. Hay muchas cosas que aún no sabes.
21. Ver fotos viejas.
- Ahora estoy aquí -dije.
Cuando abrí los ojos, la ventana que teníamos delante estaba de color rojo oscuro, y comprendí que no nos quedaba mucho tiempo. Fuera, el mundo que llevaba tanto tiempo observando vivía y respiraba sobre la misma Tierra en la que ahora me encontraba. Pero yo sabía que no podía salir. Había aprovechado esa ocasión para enamorarme, enamorarme con la clase de impotencia que no había experimentado muerta, la impotencia de estar viva, la oscura y brillante compasión de ser humana, abriéndome paso a tientas, palpando los rincones y abriendo los brazos a la luz, y todo ello formaba parte de navegar por lo desconocido.
http://www.youtube.com/watch?v=-Q94_xysbTQ
Y desde entonces ya nada ha vuelto a ser lo mismo.
No echo de menos porque ya no seas tú, sino por el hecho de que nada es como era contigo.
Y siento que muchas cosas me asquean como no lo hacían antes.
Y perder la confianza, ha sido lo peor.
Y odio la felicidad artificial de los países de Occidente, mientras en el mundo hay hambre, guerras, dictaduras, asesinatos, injusticias, explotación. Y otros se mueren de lo que nosotros ni padecemos. Pensar que mientras me estoy comiendo el cordero, tantos y tantos niños no tendrán qué llevarse a la boca, o estarán pisando una mina, o habrán perdido a sus padres.
Pero, ¿para qué negarlo? Todo esto tiene su parte de encanto y a todos nos gusta la Navidad y terminamos sacando el árbol del trastero. Y sí, también acabaré comprándome ropa interior roja y empezando el año con un paso con el pie derecho. Al menos este año, tengo que cumplir una promesa. Y eso me hace sentir menos mal.
Ahora que el año se acaba
Y otro poco de nosotros
Se nos escapa
Es momento de renovar
Las promesas no cumplidas.
Boca abajo estimula la circulación de la sangre.
Boca arriba es más placentero.
Hacerlo solo... bien, pero dicen que es egoísta.
En grupo puede ser divertido.
En el baño... uumm.
En el coche puede resultar... peligroso.
Hacerlo con frecuencia, desarrolla la imaginación.
Entre dos... enriquece el conocimiento.
De rodillas resulta doloroso.
Sobre la mesa... sobre el escritorio... antes de comer... de sobremesa.
No importa la edad, ni la raza, ni el sexo, ni la religion, ni la posición...
¡LEER... leer... es un placer... siempre!
Por eso mis peticiones navideñas de este año van a consistir en tinta y papel. (Anota, mamá. Ya te he dado muchas pistas y no quiero más perfumes)
Cinco. Cinco enormes echándote en falta. Parecía que este día no iba a llegar nunca, y al final ha llegado. Cinco teniendo que lamentar cada día cosas que nunca hice. Cosas que no te dije. Por pudor, a lo mejor. Por timidez. Pienso, y no sé si salió alguna vez de mi boca un "te quiero" antes de que te marchases. Las cosas que te tenía que decir se las he dicho al hueco de tu ausencia, demasiado tarde, pero al menos espero que en algún sitio las estés sintiendo. Esta tarde noté muy nerviosa a mamá, sin motivo, y cuando he visto el día que es en el despertador lo he entendido todo. Porque sé que ella cuenta los días igual que yo, y todos los días cuando se levanta y cuando se acuesta piensa en esos dos días de octubre y diciembre. Vaya... ojalá pudiese tener algo que borrase esas cosas de su cabeza. Porque a mi no me importa pensarlo y pasarlo mal, pero sí que me hace sentir impotente saber que ella se acuerda y que en lo profundo tiene unas ganas inmensas de llorar. Probablemente llevará así toda la semana y en algún momento terminará llorando. Es normal, te echamos de menos. Hará unos dos días... estuve recordando la tarde en que te fuiste. Tenía 14 años y había estado toda la tarde fuera con mis amigas porque nos habían dado las vacaciones de navidad. Y cuando llegué a casa y me estaba poniendo el pijama, escuché cómo se le caía a mamá el teléfono en la cocina. Y salí a preguntar qué pasaba, y cuando me lo dijo mi padre, solo pude decir "Vaya...¿por qué no me lo habeis dicho antes?" porque en ese momento no fui consciente de lo que en realidad estaba pasando, y nisiquiera fui a recoger ese puto teléfono y a darle un abrazo para intentar que dejase de llorar, porque todo parecía un mal sueño. Me metí en mi habitación, encendí la tele y me fui a la cama como si fuese un día normal, y cuando el día 22 vi como echaban tierra a la caja, fue cuando empecé a llorar porque me dí cuenta de que no ibas a volver. Me di cuenta de que no había marcha atrás. Y aunque haya pasado ya tanto tiempo, lo recuerdo con total vividez. Incluso me acuerdo de la ropa que me puse y de la música que fui escuchando en el camino. Y me acuerdo de las palabras de consuelo de gente que probablemente no habías visto en tu vida. Hay que ver lo hipócrita que se vuelve un pueblo cuando hay entierro. Y desde aquel año, la navidad es una fecha que procuro retrasar al máximo, porque comprendo la tristeza por la ausencia que sienten muchas personas.
Es increíble como puedo recordar tu voz y lo tremendamente difícil que se me hace ver tu cara. Mañana saldré a comprar un marco bonito donde poner una foto de las dos juntas, para que nunca se me olvide lo mucho que me querías. Recuerdo muchas cosas que quizá para los demás no tengan importancia... tus supersticiones, los regalos que nos hacíamos en secreto, tus sonrisas cómplices, las trenzas que me hacías cuando estabas aburrida, cómo te temblaba el pañuelo en la mano. Y a lo mejor no recuerdo cuántos años tenías cuando te fuiste, ni cuántas veces estuviste en el hospital ni cuánto dinero me dabas de paga, pero lo que sí que recuerdo eran las pequeñas cosas que te hacían tan especial. Me acuerdo de la manera en que me fijaba en las arrugas que surcaban tus sienes y en las veces que tú me preguntabas por mi hermano sabiendo que siempre yo te contestaba lo mismo. Recuerdo lo que me gritabas cuando hacía algo que no debía por miedo a que me lastimase. Ojalá siguieses estando aquí para gritarme cuando me equivoco, pero no.
Lo que más me ha dolido de los problemas familiares, más que lo que me han hecho a mi ha sido que siempre tú estuvieses en medio sufriendo por todos. Intentando imponer paz donde solo había sitio para los reproches. Y te fuiste sin ver cómo algunas cosas se arreglaban.
Han pasado cinco años y lo que más miedo me da es olvidarme de ti cuando vaya pasando el tiempo.
Pero creo que la huella que dejaste en nosotros, es tan honda, que nunca se podrá borrar.
Te quiero.
- Te voy a contar yo a tí también mi noche de ayer: una lesbiana, una que lleva cinco años con su novio y se plantea si lo que siente sigue siendo amor, otra que hacía dos no meses con un chico del que está colgadísima pero no quiere nada serio con ella, ni tampoco dejar lo que tienen; una que puso los cuernos y no sabe a quién elegir, y otra a la que se los pusieron y tiene miedo de volver a enamorarse... filosofando sobre el amor, los sentimientos y las relaciones entre rollitos de primavera, arroz tres delicias y lambrusco.
- ¿Y a qué conclusión llegasteis?
- Pues llegamos a la conclusión de que los sentimientos son asquerosamente inmanejables. Con la tontería del lambrusco y los chupitos se me pasaron muchas cosas por la cabeza. Se puso a llorar mi amiga, la del no-novio y dijo que pensaba que era diferente. Y le dijo otra, con mucho acierto, que todos pensamos al principio que las cosas van a ser diferentes.
- Pues sí, porque al principio no tenemos los pies en el suelo, vivimos en las nubes.
- El amor es una mierda.
- Pero es algo que no podemos controlar... es una mierda tener sentimientos, pero sin los sentimientos... no podríamos vivir.
Sueña que sueña con ella, y si en el infierno le espera... Quiero fundirme en tu fuego, como si fuese de cera.
Antes de hacer la maleta y pasar la vida entre andenes, deja entrar a los ratones para tener quien le espere. Sueña con su melena, y viene el viento y se la lleva, y desde entonces su cabeza sólo quiere alzar el vuelo... Y bebe rubia la cerveza pa' acordarse de su pelo.
Sueña que sueña la estrella, siempre en estado de espera; vuelve a coger la botella y pasa las noches en vela.
...Siempre en estado de espera.
"Yo no soy nada... y si fuese algo dejaría de serlo por ti."
Un violinista se encuentra en una estación de metro en la ciudad de Washington D.C. (EEUU) en Enero de 2007 y comienza a tocar obras de Bach por 45 minutos aproximadamente, y ésto es lo que ocurre en diferentes lapsos de tiempo:
- 4 minutos después: Una mujer arroja un dólar y sigue su camino sin detenerse.
- 6 minutos después: Un hombre se recarga en la pared para escucharlo, da un vistazo a su reloj, y se retira.
- 10 minutos después: Un niño de tres años se detiene, pero es empujado y apurado por su madre. El niño no para de mirar al violinista, pero su madre no para de empujar. Esta acción fue repetida por varios niños, pero ninguno de sus padres se detuvo, y forzaron a sus hijos a seguir caminando.
- 45 minutos después: El violinista tocó sin parar y sólo 6 personas se detuvieron a escuchar. Unas 20 personas dieron dinero, pero no se detuvieron. El músico recolectó un total de 32 dólares.
- 1 hora después: El músico se retira y nadie lo notó, no hubo aplausos ni algún tipo de reconocimiento.
Ahora bien, nadie sabía esto, pero el violinista no era nada menos que Joshua Bell, uno de los más grandes músicos del mundo, tocando una de las obras más complicadas jamás compuestas, y utilizando un violín Stradivarius valorado en aproximadamente 3.5 millones de dólares. Dos días antes había agotado las entradas (100 dólares en promedio cada una) en un concierto en Boston.
¿Tanto sabemos apreciar la belleza? ¿Sabemos reconocer el talento aunque lo veamos en un lugar y contexto inesperado (fuera de una sala de conciertos, sin el atuendo elegante, sin poses, sin presentaciones)?
Si estás leyendo esto, te invito a que reflexiones que el talento, y no sólo el musical, se puede encontrar en cualquier lugar, no sólo dentro de un CD, un vídeo, la televisión o un concierto concurrido (que si a mí me lo preguntan, a recentes fechas es donde menos podemos encontrar talento de verdad). No niego que los rockstars o popstars o toda esa gente que vive de sus shows tienen algún contenido de entretenimiento, pero la belleza, el arte, lo sublime, viene en otras presentaciones menos plastificadas.
http://www.youtube.com/watch?v=hnOPu0_YWhw
Dudo de que pongas empeño en acabar con ésto. No puedo estar dentro de tu cabeza pero siento que no te importa nada estar bien o mal. Sabes cómo funciona pero no lo intentas, sino que haces todo lo contrario. Conoces hasta el más mínimo detalle de lo que te pasa pero a los ojos de los demás parece que lo ignorases. Yo lo sé. Sé que eres consciente de lo que va a pasar si esto sigue así, pero te da igual. No te importas. No te importamos. Te da igual. ¿Cómo quieres acabar? ¿Mal? Porque si es así, vas por buen camino. Tienes una visión totalmente deformada sobre tí, pero aún así, hay evidencias que nisiquiera tú puedes negar. Números, cifras, cambios. Pero sigues igual. Igual, siempre igual. Pasan los días, los meses, los años, y es la misma puta historia de siempre.
Estoy cansada de esperar un milagro que nunca va a ocurrir, que cambies de manera de ver las cosas. Esto va de mal en peor, no veo el final del camino. Pienso en tí dentro de... ¿diez años? y te veo igual que ahora. O no te veo. No creo que esto ya tenga solución, y eso me agobia, me angustia. ¿No te das cuenta de la impotencia que sentimos los que estamos a tu lado? Eso, sinceramente, desquicia. A veces pienso que te odio, pero tú y yo sabemos que no es así. Me gustaría poder odiarte para que no me importe nada de lo que te pasa. Pero me importa. ¿La esperanza es lo último que se pierde? Pues yo la perdí hace tiempo. Ahora solo espero, para bien o para mal.
Quisiera viajar en el tiempo a cuando todo estaba bien, a lo mejor así se podrían evitar cosas que ahoraestán pasando. Pero no.
Se me han acabado los recursos, las palabras y el esfuerzo por intentar enseñarte cómo lo vivimos los demás; lo que nos transtorna. Ya nisiquira puedo llorar por pura resignación. La decisión es sólo tuya y parece que ya la has tomado. Esto sólo puede terminar de una manera, y es durísimo pensarlo.
Te estás matando y no te quiero perder.
me voy cuando quiera y cuando quiera te olvido...
(...)
Arránqueme, Señora, las ropas y las dudas.
Desnúdeme, desdúdeme.
Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.
Me desprendo del abrazo, salgo a la calle.
En el cielo, ya clareando, se dibuja, finita, la luna.
La luna tiene dos noches de edad.
Yo, una.
*Una tarde, hace muchísimo tiempo, Dios convocó a una reunión.
Estaba invitado un ejemplar de cada especie.
Una vez reunidos, y después de escuchar muchas quejas, Dios soltó una sencilla pregunta: "¿Entonces, qué te gustaría ser?"; a la que cada uno respondió sin tapujos y a corazón abierto:
La jirafa dijo que le gustaría ser un oso panda.
El elefante pidió ser mosquito.
El águila, serpiente.
La liebre quiso ser tortuga, y la tortuga, golondrina.
El león rogó ser gato.
La nutria, carpincho.
El caballo, orquídea.
Y la ballena solicitó permiso para ser zorzal...
Le llegó el turno al hombre, quién casualmente, venía de recorrer el camino de la
verdad.
Hizo una pausa, y esclarecido exclamó: "Señor, yo quisiera ser... FELIZ".VIVI GARCIA
-Ya no persigo sueños rotos, los he cosido con el hilo de tus ojos.-
Esta es la clave del sentido de la vida;
amar es preocuparse por otro...
es sentise responsable por otro."
andas siempre, muñeca.
Con tu sucia camisa, y en lugar de sonrisa
una especie de mueca.
¿Cómo no imaginarte?
¿Cómo no recordarte...?
(...)
Ahora es demasiado tarde, princesa...
No hace falta que me digáis eso de que perdéis la cabeza, por eso de que sus caderas.
Ya sé de sobra que tiene esa sonrisa, y esas maneras, y todo el remolino que forma en cada paso de gesto que da.
Pero además, la he visto seria ser ella misma, y en serio que eso, no se puede escribir en un poema.
Por eso, eso que me cuentas de "mírala, como bebe las cervezas, como se revuelve sobre las baldosas, y que fácil parece enamorarse..."
Todo eso de que ella puede llegar a ser todo ese puto motivo de seguir vivo, y a la mierda con la autodestrucción.
Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben mejor, es un cuento que me sé desde el día que me dio dos besos, y me dijo su nombre.
Pero no sabes lo que es caer desde un precipicio, y que ella aparezca de golpe y de frente para decirte...”venga, hazte un peta, y me lo cuentas".
No sabes lo que es despertarte y que ella se retuerza y bostece, luego te abrace, y luego no sepas como deshacerte de todo el mundo.
Así que supondrás que yo soy el primero que entiende que pierdas la cabeza por sus piernas, y el sentido por sus palabras, y los huevos por un mínimo roce de mejilla.
Que las suspicacias, los disimulos cuando su culo pasa, las incomodidades de orgullo, que puedan provocarte es algo con lo que ya cuento.
Quiero decir que a mí de versos, no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos.
Que yo también la veo.
Que cuando ella cruza por debajo del cielo, solo el tonto mira al cielo.
Que se como agacha la cabeza, levanta la mirada, y se muerde el labio superior.
Que conozco su voz en formato susurro, en formato gemido, en formato secreto.
Que me sé sus cicatrices, y el sitio donde la tienes que tocar en el este de su pie izquierdo para conseguir que se ría.
Y me se lo de sus rodillas, y la forma de rozar las cuerdas de la guitarra.
Que yo también he memorizado su número de teléfono, pero también el número de sus escalones y el número de veces que afina las cuerdas antes de ahorcarse por bulerías.
Que no solo conozco su ultima pesadilla, también las mil anteriores.
Que no tengo cojones a decirle que no a nada, porque tengo más deudas con su espalda de las que nadie tendrá jamás con la luna.
Y mira que hay tontos enamorados en este mundo.
Que se la cara que pone cuando se deja ser completamente ella, rendida a ese puto milagro que supone que exista
Que la he visto volar por encima de poetas que valían mucho más que estos dedos.
Que la he visto formar un charco de arena rompiendo todos los relojes que la puso en camino.
La he visto hacerle competencia a cualquier amanecer por la ventana.
No me hablen de paisajes si no han visto su cuerpo.
Que lo de "mira, si, un polvo es un polvo", y eso el tesoro pintado de rojo sobre sus uñas, y solo los sueños pueden posarse sobre las cinco letras de su nombre.
Que te entiendo.
Que yo escribo sobre lo mismo, sobre la misma.
Qué razones tenemos todos, pero yo, muchas más que vosotros.
Y en otros ojos me olvidé de tu mirada, y en otros labios despisté a la madrugada, y en otro pelo me curé del desconsuelo que empapaba mi almohada. Y en otros puertos he atracado mi velero, y en otros cuartos he colgado mi sombrero... Y una mañana comprendí que a veces gana el que pierde a una mujer.
Con el cartel de libre en la solapa he vuelto a ser un guapo entre las guapas chulapas de Madrid. Sólo me pongo triste cuando alguno, en el momento más inoportuno, me pregunta por ti.
-Sabina-
"Sans toi, les émotions d'aujourd hui ne seraient que la peau
morte des émotions d'autrefois."
And you can tell everybody this is your song, It may be quite simple but now that it's done. I hope you don't mind, I hope you don't mind that I put down in words... How wonderful life is while you're in the world!
I sat on the roof and kicked off the moss, well a few of the verses well they've got me quite cross. But the sun's been quite kind while I wrote this song, It's for people like you that keep it turned on.
So excuse me forgetting but these things I do, you see I've forgotten if they're green or they're blue. Anyway the thing is what I really mean... yours are the sweetest eyes I've ever seen!