
Y dice que no, que me equivoco, que nosotros somos felices juntos. Me coge por el brazo, me aprieta fuerte. Porque, cuando alguien que quieres se va, pruebas a retenerlo con las manos y así esperas aferrarle también el corazón. Pero no. El corazón tiene piernas que no ves. Y se va diciendo "me las pagarás", pero el amor no es una deuda que hay que liquidar, no regala créditos, no acepta descuentos.
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