Aunque hablemos muy a menudo
solo cinco veces nos hemos visto,
así que me parece cojonudo
narrar esos días… luego existo.
Cinco días sin coraza ni escudo
Mefisto de Lucifer y de Cristo,
cinco días atónito, sordomudo.
¿Qué fue aquello? Cinco días, insisto.
Historia de los cinco días, de esos,
el primero fue la presentación
el tercero no hubo excesos,
ni copas, ni risas, ni pasión,
el segundo y cuarto muchos besos,
el quinto despedida en la estación.
Aitor Cuervo Taboada.
1 comentarios:
y yo que nunca tuve mas religion que un cuerpo de mujer.....