Vergüenza.
18:35 | Author: Álex
http://www.abcdesevilla.es/20100612/sevilla/ayuntamiento-homosexual-201006112243.html
Vergüenza de vivir en un país en el que la gente siga pensando así. No ya de vivir en un país en el que se puedan publicar cosas así, porque la libertad de expresión da cabida a todo tipo de manifestaciones. Pero que alguien pueda escribir esto es de verdadera vergüenza. Siento tristeza de leer opiniones que no hacen otra cosa sino fomentar la enfermedad de la homofobia. Lo que realmente se sale de la normalidad es la intolerancia, no la homosexualidad. Todos los esfuerzos por luchar contra el rechazo quedan mermados ante opiniones como ésta. Es muy bonito ir de tolerantes y de progres cuando en realidad expresamos profundo odio. Como el que se respira de estas lineas, donde se intenta decir, como mínimo, que los homosexuales estarían mejor escondidos en sus casas y callados como ha ocurrido durante tanto tiempo. Reprimidos. La lucha para el reconocimiento es necesaria, porque aún vivimos en una sociedad donde está mal visto querer "distinto". Casi todas las personas a las que pregunten te dirán: "yo soy muy tolerante, tengo muchos amigos gays" (el perfecto argumento del homófobo), pero a la hora de la verdad, si llegase el día en el que, por ejemplo, tuviesen un hijo homosexual, se llevarían la mayor decepción de sus vidas, sentirían fracaso en su rol de padres. Hipocresía. Si los homosexuales no se expresan y piden su libertad, ¿qué va a ser de ellos? ¿más represión? ¿más incomprensión? ¿Por qué éste señor ve mal que los homosexuales salgan a las calles? La auténtica mediocridad en todo esto es no poder ver el profundo dolor que el rechazo produce en este colectivo. La lucha por la aceptación de la homosexualidad no manifiesta un complejo, sino un derecho: la libertad. La libertad de ser respetado tal y como uno es, piensa y siente. Me parece increíble que se pueda comparar de una manera tan mediocre el orgullo por la homosexualidad con un complejo. Uno puede sentirse orgulloso de lo que quiera, de aquello que le haga sentirse grande por dentro, ya sea de ser homosexual, de ser católico o de ser amante de los encajes de bolillos. Y no por que a otra persona le parezca menos bien ha de restársele importancia. Mientras no se haga daño a los demás, uno puede exhaltar lo que le venga en gana. García Lorca y Óscar Wilde viviron en un tiempo en el que no se podía manifestar el orgullo por querer a alguien del mismo sexo, lo que no significa que no lo hicieran porque no les pareciese lo correcto. Probablemente, si leyesen este artículo de ABC sentirían la misma repulsa que estoy sintiendo yo.
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