Y en los hierros que separan la caída más brutal siguen las dos iniciales que escribimos con compás.
Ahí están.
Ahí están.
He desarrollado una forma especial de quererte: silenciosa, lejana, platónica, pudiera decirse que poética y casi filosófica. Ya no es el amor carnal, visceral, tangible de antaño. Ahora lo que amo son tus recuerdos, esa forma especial de mirarme que tanto echo de menos. Los sitios que pisamos juntos. Los sueños que creamos juntos. Tu sonrisa. Tus te quieros. Pero no te echo de menos a ti, sino a lo que representabas, a lo que fuiste, a la magia. A la atracción inevitable y la predilección que sentíamos el uno por el otro. Echo de menos ese encanto que representábamos los dos juntos, el no tener miedo al futuro por pensar que lo iba a pasar a tu lado, echo de menos esa seguridad que me hacía sentir el saber que yo formaba parte de tu vida... y tú de la mía. Poder abrazar a alguien y sentir que ya no existen los problemas. Y lo que tenga que pasar, que pase.
2 comentarios:
bbbuf!love siempre me llega tan a dentro...
Esta frase me tocó en lo más hondo: Pero no te echo de menos a ti, sino a lo que representabas, a lo que fuiste, a la magia. Saludos Álex.