¿No sientes a veces ganas de saltar? Al vacío, digo. Y perderte de todo lo que te atrapa. Y sentir que te libras de las cadenas mientras avanzas inexorablemente hacia el abismo.
Cuando yo tengo esa sensación, apago las luces del salón, me siento en el suelo, pongo mi música favorita, canto y rompo a reír mientras abro un paquete de tabaco.
Podría llorar, pero me voy a reír.
Pienso en lo absurdo que es en realidad todo y lo ciega que está la gente. Pienso en que las cosas son, en realidad, efímeras y livianas.
Y todo se vuelve maravilloso de repente.
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2 comentarios:
La música, mi más fiel compañera en cualquier momento.
Te echo tanto de menos que no lo soporto.
es lo que todos deberiamos de hacer ante los problemas: pensar que son tan livianos como queramos hacerlos