Lonely day.
14:47 | Author: Álex

La turbulencia de mis pensamientos ha contaminado el aire de mi habitación. De pronto lo he visto todo oscuro, lo he visto todo lejano y todo ha perdido el sentido, por unos instantes. Ha sido en el preciso momento en el que me he dado cuenta de que todo el camino que he andado ha desembocado en un callejón sin salida.

Odio las putas tardes de domingo y esta extraña sensación de no saber qué estoy haciendo con lo que llevo dentro, esta sensación de estar perdiendo mi tiempo en vanos espejismos. Los domingos todo pierde sentido o lo cobra de repente. Y me asomo a la ventana, y el frío no me deja pensar. El viento helado en la piel no ayudan a pensar, precisamente, con claridad.

Odio esta sensación tan extraña que me invade en tardes como esta... que me impide actuar y pensar como realmente soy y pienso. Me crispa esta sensación de odiar a todo el mundo que me quiera dar buenos consejos, que me quiera ver bien, porque todos me dicen lo mismo y yo todavía niego que sea lo mejor. Odio que me digan las verdades, porque duelen más cuando te las dice alguien que te importa, porque sabes que no te va a mentir ni va a intentar maquillar su opinión. Me enerva este sentimiento de vulnerabilidad, el nudo en la garganta y la mente en otro sitio, esta impresión de estar echando mucho tiempo a perder. Tiempo de mi vida. Tiempo que pasa y no vuelve. Ayer mismo me escuché decir: "No voy a malgastar dos horas de mi vida en..." Pero, ¿qué pasa con todas esas horas de insomnio, de duermevela, de estar ausente, de sentarme y no parar de darle vueltas a lo mismo? ¿No son también horas perdidas?

Odio esta sensación de fatiga continua y de estar en medio de una habitación oscura, incapaz de encontrar la puerta. Me odio por no querer atender a lo que la razón me grita, al corazón que me pide que le deje descansar, a los ojos que me gritan para que deje de buscar lo que no voy a encontrar. Ya ves... me escondo detrás de una careta de normalidad, detrás de un disfraz de "qué fácil es todo en esta vida". Fuerzo sonrisas para hacer sentir bien a la gente cuando por dentro solo tengo ganas de gritar para desahogarme. Me dicen que soy la chica de sonrisa permanente. No saben que en realidad soy la de la sonrisa artificial. Me aguanto la furia que se me ha ido creando por toda esta frustración. Por otros problemas, también, que se han ido uniendo a la fiesta. Odio sentirme metida en un puño, dependiente de otra persona. No me gusta que las actuaciones de otra persona puedan tener tanta influencia en cómo me siento. Odio sentir que estoy lejos de todo lo que quiero, que estoy sola en medio de mucha gente, que me hacen falta cosas que nunca voy a poder alcanzar. Nunca voy a poder tener todo lo que quiero, porque muchas cosas no son compatibles con otras... no puedo estar aquí y allá, no puedo querer y odiar, no puedo tener contento a todo el mundo, aunque lo intente.

Solo me hace falta una cosa enorme, que tengo claro que queda demasiado alta como para poderla alcanzar...

Hoy hubiésemos celebrado tu cumpleaños juntos. Con tarta, velas, abrazos y amor. Felicidades.

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2 comentarios:

On 19.4.10 , Lorena Mercado dijo...

No qitaría una sola palabra de lo qe has escrito.A mi tampoco me gustan los domingos,los cafés saben a últimos sea con qien sea qe te los tomes.
Además...todas esas sensaciones qe dices...y la frase final...

''Hoy hubiésemos celebrado tu cumpleaños juntos. Con tarta, velas, abrazos y amor. Felicidades.''

...La frase final no tiene precio,Ale(puedo llamarte Ale?),porqe yo hace casi diez meses escribi exactamente lo mismo...pero por causas totalmente diferentes...Yo hablaba de mi Rosa Rubia de Holanda.
Yo hablaba de mi madre.
Cada día más,cada rato y cada palabra me identifico mucho más contigo.Con tu manera de ver las cosas.
Serías una buena escritora.
:)

 
On 19.4.10 , Álex dijo...

Claro que puedes llamarme Ale, y puedes llamarme de cualquier forma que te salga, me gusta que algunas personas especiales tengan formas especiales de nombrarme.

Yo también le he dedicado esa frase a una mujer que marcó mi vida. El texto en realidad no se relaciona con la frase. Simplemente, el hecho de echarla tanto en falta ese día se unió a todas las sensaciones sobre las que había hablado antes... Que si ya era poco, echar de menos es un sentimiento aún más terrible. Era mi abuela.

De verdad que me siento feliz por todo lo que me has dicho. Tú tampoco tienes precio como escritora, Lore.

Un besazo, linda.