Te ví bailar bajo la lluvia
esperando la luna llena.
Te ví llorar bajo la lluvia,
¿quién te hubiera quitao la pena?
Te ví bailar bajo la lluvia
esperando la luna llena.
Te ví llorar bajo la lluvia,
¿quién te hubiera quitao la pena?
- Joel, ¿y si esta vez te quedaras?
- Salí por la puerta, no me queda ningún recuerdo.
- Vuelve y al menos inventa una despedida, finjamos que la tuvimos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos." El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como ésta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. ¡Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos! Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. ¡Qué importa que mi amor no pudiera guardarla! La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos. Yo no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.. Mi voz buscaba al viento para tocar su oído. De otro. Será de otro. Como antes de mis besos. Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos. Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero. Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido. Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos, mi alma no se contenta con haberla perdido. Aunque éste sea el último dolor que ella me causa, y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda.
Que el equilibrio es imposible cuando vienes y me hablas de nosotros dos.
Es bueno que las vidas tengan varios círculos. Pero la mía, mi vida, sólo ha dado la vuelta una vez y no del todo. Falta lo más importante. He escrito tantas veces su nombre dentro. Y aquí, ahora mismo, no puedo cerrar nada. Estoy solo. Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande, y eso que las he tenido de muchas clases. La casualidad que estabamos esperando. Sí. Podría unir mi vida uniendo casualidades. Ya no quedan casualidades buenas. La culpa es mía, que las gasté muy rápido. La primera y la más importante fue la peor… Sentí que algo conocido se había metido dentro de lo desconocido, había llegado al fin de algún sitio. Tuve un pálpito, fue el primero de muchos. La vida está llena de estas cosas sin explicación.. ¿quieres una explicación a eso? Me encanta que haga frío. Cuando hace frío la mayoria de las cosas van más deprisa o llegan antes, me refiero a las casualidades. Mi padre me decía que mi nombre era capicúa para que mi vida se llenara de suerte… así que me dio un vuelco… la vida. Nunca he tenido el corazón tan rojo. Estar enamorada no es fácil. No basta con desearlo, hay que oírlo. ¿Tú conoces algo que dure siempre? No, y no llores para que no pase. Todo caduca con el tiempo. El amor también. La gasolina del coche, por ejemplo: si olvidas que se va a acabar te dejará tirado en medio del campo. Yo te voy a querer siempre, y si se acaba la gasolina me muero. ¿Cómo acabará este viaje? Deseé con todas mis fuerzas que estuviera ahí... dormido, desnudo... "Estas noches te espero mirando al sol. ¡Venga valiente!, salta por la ventana. Un beso, si me oyes, mándame tú otro."
En el mundo actual, se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres, que en la cura del Alzheimer. De aquí a algunos años, tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos se acordará para qué sirven.
Drauzio Varella; Nobel de la Medicina.
¿Cómo pudo sucederme a mi?
Lo guardaba en el cajón donde guardo el corazón.
- ¿Por qué siempre haces lo mismo?
- ¿El qué?
- Huír sin decir nada.
- ¿Y tú, por qué me sigues si estoy huyendo?
La turbulencia de mis pensamientos ha contaminado el aire de mi habitación. De pronto lo he visto todo oscuro, lo he visto todo lejano y todo ha perdido el sentido, por unos instantes. Ha sido en el preciso momento en el que me he dado cuenta de que todo el camino que he andado ha desembocado en un callejón sin salida.
Odio las putas tardes de domingo y esta extraña sensación de no saber qué estoy haciendo con lo que llevo dentro, esta sensación de estar perdiendo mi tiempo en vanos espejismos. Los domingos todo pierde sentido o lo cobra de repente. Y me asomo a la ventana, y el frío no me deja pensar. El viento helado en la piel no ayudan a pensar, precisamente, con claridad.
Odio esta sensación tan extraña que me invade en tardes como esta... que me impide actuar y pensar como realmente soy y pienso. Me crispa esta sensación de odiar a todo el mundo que me quiera dar buenos consejos, que me quiera ver bien, porque todos me dicen lo mismo y yo todavía niego que sea lo mejor. Odio que me digan las verdades, porque duelen más cuando te las dice alguien que te importa, porque sabes que no te va a mentir ni va a intentar maquillar su opinión. Me enerva este sentimiento de vulnerabilidad, el nudo en la garganta y la mente en otro sitio, esta impresión de estar echando mucho tiempo a perder. Tiempo de mi vida. Tiempo que pasa y no vuelve. Ayer mismo me escuché decir: "No voy a malgastar dos horas de mi vida en..." Pero, ¿qué pasa con todas esas horas de insomnio, de duermevela, de estar ausente, de sentarme y no parar de darle vueltas a lo mismo? ¿No son también horas perdidas?
Odio esta sensación de fatiga continua y de estar en medio de una habitación oscura, incapaz de encontrar la puerta. Me odio por no querer atender a lo que la razón me grita, al corazón que me pide que le deje descansar, a los ojos que me gritan para que deje de buscar lo que no voy a encontrar. Ya ves... me escondo detrás de una careta de normalidad, detrás de un disfraz de "qué fácil es todo en esta vida". Fuerzo sonrisas para hacer sentir bien a la gente cuando por dentro solo tengo ganas de gritar para desahogarme. Me dicen que soy la chica de sonrisa permanente. No saben que en realidad soy la de la sonrisa artificial. Me aguanto la furia que se me ha ido creando por toda esta frustración. Por otros problemas, también, que se han ido uniendo a la fiesta. Odio sentirme metida en un puño, dependiente de otra persona. No me gusta que las actuaciones de otra persona puedan tener tanta influencia en cómo me siento. Odio sentir que estoy lejos de todo lo que quiero, que estoy sola en medio de mucha gente, que me hacen falta cosas que nunca voy a poder alcanzar. Nunca voy a poder tener todo lo que quiero, porque muchas cosas no son compatibles con otras... no puedo estar aquí y allá, no puedo querer y odiar, no puedo tener contento a todo el mundo, aunque lo intente.
Solo me hace falta una cosa enorme, que tengo claro que queda demasiado alta como para poderla alcanzar...
Hoy hubiésemos celebrado tu cumpleaños juntos. Con tarta, velas, abrazos y amor. Felicidades.
Te sentaste justo al borde del sofá, como si algo allí te fuera a morder. Dijiste: "Hay cosas que tenemos que aprender; yo a mentir y tú a decirme la verdad, yo a ser fuerte y tú a mostrar debilidad, tú a morir y yo a matar." Y después se hizo el silencio, y el silencio fue a parar a una especie de pesada y repartida soledad. Y la soledad dio paso a un terror que hacia el final nos mostró un mundo del que ninguno quisimos hablar.
Y así eran nuestras noches, y así era nuestro amor: comenzaba en el silencio, continuaba en el terror, y otra vez de allí al silencio. Dime, ¿para qué hablar de lo que pudo haber sido y de lo que jamás será, tratando de adivinar qué fue eso que hicimos tan mal? Si, en fin, se trata de morir o de matar.
Así que, si aún andas por aquí, y alguien vuelve a prometerte amor, con dinero, encanto y alguna canción; por favor, prepárate para huir. Vete lejos y limítate a observar esta escena tan vulgar.
Conoció a unas cien mujeres y a cincuenta enamoró, conoció a otros tantos hombres y con tantos se acostó, y fundió todo el dinero y la gente se cansó de escuchar noche tras noche la misma triste canción..
Y ahora ve que el universo es un lugar vacío y cruel, cuando no hay nada mayor que su necesidad en él. Y encendiendo un cigarillo se comienza a torturar, y habrá cerca alguien gritándole "hágase tu voluntad" y él "la culpa sólo en parte es mía y en parte lo es de los demás". De lo que se trata es de morir o de matar, de morir o matar.
Fue aquella gitana que nos leyó el porvenir, dijo "uno es el asesino y el otro el que va a morir". Y salimos de allí y me mirarte asustada y el miedo sonó en tu voz: "antes de que tú me mates, prefiero matarme yo".
Y emprendiste así tu huida y yo corrí a mi habitación y mezclé en una cuchara el polvo blanco y el marrón. Y con la sangre aún resbalando te llamé desde ese hotel: "Por favor, entiende que algo no funciona en mí muy bien". Y al otro lado te oí llorar y yo seguí y no colgué, y me suplicaste: "Déjame de una vez, déjame de una vez".
Y tus párpados cayendo se me antojan guillotinas, y te observaré durmiendo y me pondré a susurrar: "nuestras almas no conocen el reposo vida mía, pero si hay algo que es cierto es que te quiero un mundo entero con su belleza y su fealdad. ¿Por qué no puedes aceptar que esto no se trata más que, amor mío, de morir o de matar, de morir o matar?"
Moriré, moriré, moriré... moriré, moriré y es lo único que sé. Moriré, moriré... moriré y cuando lo haga, al fin ya nada va a impedirme descansar, y así obtendré la santa paz que en vida no gocé jamás, pues hasta morir la única opción siempre es matar, siempre matar.
-John eso no ha sido muy hábil.
-Este caso es un ultraje, Ally.
-John, si es verdad que no estaba enamorada de él...
-Por favor… los hombres mienten para llevar a las mujeres a la cama, las mujeres para llevar a los hombres al matrimonio, así es la vida.
-¿En serio piensas de ese modo?
-Creo que una mujer se siente empujada al matrimonio antes de que su reloj biológico empiece a decaer y si no ha encontrado aun a su alma gemela transige un poco.
-Yo nunca haría eso.
-Porque tu tienes menos miedo a la soledad que la mayoría.
-¿Pero de qué estás hablando? A mi me horroriza acabar sola.
-Ally, esa es tu mayor fantasía, la verdad es que tal vez seas más feliz sola.
-¿Qué me dices?
-Es triste desear algo que no se posee, pero es peor tener lo que no se quiere, si te casas, él acabará siendo para ti un hombre insoportable.
-¿Por qué dices eso?
-Porque lo que tú quieres no existe.
-¿No existe?
-No, y supongo que en el fondo tú lo sabes, por eso has desarrollado esa capacidad para mirar a un juez y ver a Al Green, mirar una nube y ver algodón dulce. A un nivel inconsciente sabes que el único mundo que no acabará por desilusionarte es el que inventes tú misma.
-Eso no es verdad, hago toda esas cosas porque estoy loca, por eso. No está en lo cierto lo que dices, algún día encontraré el amor. Estoy chiflada, por eso veo cosas que no existen. Adoro este mundo, adoro este mundo, John.
-Mejor, tal vez algún día elijas vivir en él con el resto de nosotros.
Porque sabemos agradecer a pesar de lo vivido.
Porque de todo comienza a hacer ya mucho tiempo.
Porque quien encontro el amor, no lo buscaba tanto.
Porque las cosas cambian.
(...)
Porque las cosas cambian, y no estamos aquí de visita.
¡Vamos a hacer posible que las cosas cambien!
¡Y A MEJOR!
Confío.
Por mucho que sepa que eso no es así, una parte de mi mismo siempre siente que la vida no tiene autentico sentido si no la compartes con alguien, quizás es eso lo que me da miedo, que mi vida adquiera sentido o que de repente lo pierda del todo.
Puede que comparta mi vida con alguien y puede que no, pero lo cierto es que cuando pienso en mis momentos mas solitarios casi siempre había alguien sentado a mi lado.
Martín Romero
Santos Isidro Seseña