Nada.
22:54 | Author: Gorripato.
¡Cuántos días sin importancia! Los días sin importancia que habían transcurrido desde mi llegada me pesaban encima, cuando arrastraba los pies al volver de la Universidad. Me pesaban como una cuadrada piedra gris en el cerebro.
El tiempo era húmedo y aquella mañana tenía olor a nubes y a neumáticos mojados... Las hojas lacias y amarillentas caían en una lenta lluvia desde los árboles. Una mañana de otoño en la ciudad, como yo había soñado drante años que sería en la ciudad el otoño: bello, con la naturaleza enredada en las azoteas de las casas y en los troles de los tranvías; y sin embargo me envolvía la tristeza. Tenía ganas de apoyarme contra una pared con la cabeza entre los brazos, volver la espalda a todo y cerrar los ojos.
¡Cuántos días inútiles! Días llenos de historias, demasiadas historias turbias. Historias incompletas, apenas iniciadas e hinchadas como una vieja madera a la intemperie. Historias demasiado oscurias para mí. Su olor, que era el podrido olor de mi casa, me causaba cierta náusea... Y sin embargo habían llegado a constituir el único interés de mi vida.

(Nada, Carmen Laforet)
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2 comentarios:

On 15.3.10 , Álex dijo...

Sabes que me jode, Rafa? Haberme acostumbrado a la mierda de vida que llevo, viendo como la gente que me rodea se destroza la vida y deja que la humillen gratuitamente; como todos los días son iguales y vamos cayendo en un círculo en el que ellos me cuentan sus miserias como si fuesen cosas buenas y yo pongo buena cara como si me alegrase de que estuviesen conviertiendo su vida en algo superficial e intrascendente. Pues eso.

 
On 15.3.10 , Anónimo dijo...

Despues de la tormenta siempre viene calma, animo Ale ya vendran tiempos mejores como los tenias antes. Mua