22:45 | Author: Álex

—Porque si decidiéramos irnos a algún lugar juntos me da miedo que un día… hoy no quizás… quizás… quizás mañana tampoco… pero un día de repente puede que empiece a llorar y llorar y llore tanto que nada ni nadie pueda pararme y que las lágrimas llenen la habitación y que me falte el aire y que te arrastre conmigo y que nos ahoguemos los dos.

—Aprenderé a nadar, Hannah.

La vida secreta de las palabras
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1 comentarios:

On 12.1.10 , Anónimo dijo...

Solo es poner el pie izquierdo delante del derecho, ahora el izquierdo otra vez, el derecho... Pero que dificil a veces es este sencillo movimiento.
Tú me gustas porque nunca te dejas llevar del todo. Porque te dulcificas, porque sueltas la carcajada cuando estás aún borrando la última lágrima. Porque me sorprendes y porque resultaste ser el tesoro más repentino. Animate mua.